REFLEXIONES ACERCA DE MI OBRA
"Reflexiones acerca de mi obra"
Laotse Armas
Laotse Armas
La naturaleza es el ámbito en donde desarrollo la mayor parte de mi obra, en ese universo que ha constituido una fuente de inspiración constante, y en el cual actúo de manera interactiva.
Encuentro elementos y momentos que tomo como referencia para hacer la obra ya que su recinto puede convertirse en un marco adecuado para toda creación, pues consecuentemente penetra en la ficción, a la vez que en otros espacios semejantes a los artísticos y transformándolos en un cúmulo de maravillas, en un microcosmo.
De dichos elementos tomo la idea de su forma y estructura para hacer una analogía de ella, construyendo objetos con los mismos materiales que encuentro en la naturaleza.
De los momentos que paso en ella; detengo en la memoria por un instante la magia que se crea entre ese momento y yo. Y entiéndase por momento una breve fracción de tiempo que solo en la memoria puede perpetuar. Se crea a partir de esa misma experiencia vivencial y mística proveniente del poderoso efecto que produce la naturaleza, una cierta conexión y unidad de las impresiones y emociones, que solo podemos rastrear en diversas fuentes analizando la individualidad de esos objetos naturales.
Es la existencia de una esencia espiritual e invisible que se manifiesta en algún tipo de fuerzas, así como en el abrirse de las flores y en el madurar de los frutos de los árboles.
En fin, se vive todo un proceso bajo una ley natural cíclica que comienza en el nacimiento, pasando por un metabolismo de crecimiento para luego morir y regenerarse más tarde, es una secuencia mágica.
Cuando uno nace con el oficio de crear, se asume el acto creador como una constante, donde siempre te mantienes inventando obras hasta con los elementos más insignificantes que pueden parecer.
Con la pintura me pasa distinto, la idea me viene cuando me enfrento al formato, cuando el gesto actúa y deja un trazo, dejando que el azar actúe, permitiendo que el suceso sea válido, y manteniéndome en lo que la pintura me exige, definiendo esto como lo formal, lo establecido, resultando una expresión conservadora.
Encuentro elementos y momentos que tomo como referencia para hacer la obra ya que su recinto puede convertirse en un marco adecuado para toda creación, pues consecuentemente penetra en la ficción, a la vez que en otros espacios semejantes a los artísticos y transformándolos en un cúmulo de maravillas, en un microcosmo.
De dichos elementos tomo la idea de su forma y estructura para hacer una analogía de ella, construyendo objetos con los mismos materiales que encuentro en la naturaleza.
De los momentos que paso en ella; detengo en la memoria por un instante la magia que se crea entre ese momento y yo. Y entiéndase por momento una breve fracción de tiempo que solo en la memoria puede perpetuar. Se crea a partir de esa misma experiencia vivencial y mística proveniente del poderoso efecto que produce la naturaleza, una cierta conexión y unidad de las impresiones y emociones, que solo podemos rastrear en diversas fuentes analizando la individualidad de esos objetos naturales.
Es la existencia de una esencia espiritual e invisible que se manifiesta en algún tipo de fuerzas, así como en el abrirse de las flores y en el madurar de los frutos de los árboles.
En fin, se vive todo un proceso bajo una ley natural cíclica que comienza en el nacimiento, pasando por un metabolismo de crecimiento para luego morir y regenerarse más tarde, es una secuencia mágica.
Cuando uno nace con el oficio de crear, se asume el acto creador como una constante, donde siempre te mantienes inventando obras hasta con los elementos más insignificantes que pueden parecer.
Con la pintura me pasa distinto, la idea me viene cuando me enfrento al formato, cuando el gesto actúa y deja un trazo, dejando que el azar actúe, permitiendo que el suceso sea válido, y manteniéndome en lo que la pintura me exige, definiendo esto como lo formal, lo establecido, resultando una expresión conservadora.
ARTE Y NATURALEZA
Arte y Naturaleza
“Experiencia vivencial en el territorio y con el territorio”
Por: Laotse Armas
“Experiencia vivencial en el territorio y con el territorio”
Por: Laotse Armas
La visión del mundo como un aparato, separó al ser humano del mundo natural y el arte de la vida cotidiana. En las sociedades preindustriales el artista no tenía por que ser una persona especial; construir la propia casa, tejer, elaborar vasijas, danzar... múltiples actividades permitían que cada uno expresara su creatividad y con los conocimientos del arte tenían simplemente la habilidad de hacer bien las cosas. Por un momento se vislumbro la pérdida del la mano de obra como tal, las fábricas sacaban los objetos en serie sin arte, el mundo había cambiado la manera de concebir los objetos que nos rodean, por muy insignificante que sean, pero esta concepción del mundo dio un cambio radical, se renunciaba al maquinismo para recuperar la artesanía, lo humano y orgánico por medio del arte, desde esta perspectiva cualquier vocación, y casi cualquier oficio puede convertirse en un medio para expresar nuestra creatividad y un camino hacia la autorrealización.
Aunque hoy suele llamarse arte a objetos de mercadeo destinados a un entretenimiento fugaz, la verdadera obra de arte es algo que trasciende las limitaciones de nuestro estado de conciencia ordinario; el artista es transportado a una experiencia transpersonal, y es mediante su obra que intenta expresarla y evocarla en el espectador.
Cuando un individuo entra en un estado de conciencia elevado, bien sea, cuando establece un vínculo directo con la Naturaleza o cuando está en proceso de creación se conecta con el estado transpersonal, siente un gran aumento de entusiasmo y alegrías vitales, y desarrolla una capacidad de sentirse satisfecho de muchas situaciones y actividades, como las simples relaciones humanas, el trabajo creativo, la contemplación de la naturaleza y el arte, jugar, comer, dormir y hacer el amor. Esto va unido a una conciencia profunda de la importancia de la dimensión espiritual en el esquema universal de las cosas.
La persona que atraviesa por tal proceso suelen tener interés por la actividad creativa y disfruta de ella mucho más que antes. Se hace evidente que la medida definitiva del nivel de vida es la calidad de la experiencia vivencial y no la cantidad de logros materiales.
Al mismo tiempo el nivel de agresiones se ve radicalmente reducido y el individuo desarrolla tolerancia hacia los demás, reverencia ante la vida y cierto aprecio por la aventura de la existencia dando paso a una especie de danza cósmica o juego divino a la vida. La importancia de la cooperación, la armonía y las cuestiones ecológicas se perciben claramente.
Se hace evidente que el universo es un tejido unificado del cual cada uno de nosotros constituye una parte significativa. En principio, resulta imposible hacer algo por otras personas, por otras naciones o por la Naturaleza sin hacerlo simultáneamente por nosotros mismos. El pensar en función de toda la humanidad, de la totalidad de la vida y de todo el planeta es algo que debe estar claramente por encima de los intereses de los individuos, de las familias, de las religiones y de los grupos sociales, de los partidos políticos, de las naciones y de las razas.
En tal sentido cabe destacar que el autor a través de este trabajo de investigación quiere expresar por una parte que el proceso de creación, conjuntamente con la meditación, los estados de soledad consigo mismo, en busca de su propia interioridad, lo conlleva a una mejor comprensión del si mismo y por la otra, estar en contacto con la naturaleza, sentir su ritmo vital, observarla y percibirla a través de los sentidos, disfrutar la belleza sublime que ella brinda y sentirse parte de ella, lo conecta con una energía superior que eleva el espíritu, entendiendo entonces el movimiento del universo.
Por tal motivo este tema adquiere cada vez más un interés muy especial de análisis constante casi como una obsesión para este artista, la vinculación de los elementos y aptitudes con el cual convive desde el punto de vista áureo o armónico, busca siempre los estados de coherencia, tratando de coincidir con las medidas áureas o del material de que esta hecho, a veces dejando que el azar actué, porque también lo considera válido, en fin, se exige la búsqueda de una calidad de vida, de que se establezcan vínculos con la Naturaleza aún más estrechos, dejándose mojar por la lluvia en media montaña, comerse una fruta que arranque del árbol más próximo aún sin saber si es comestible o no, de oler la tierra después de haber llovido, de sembrar un árbol, pues, ya se encargará otro sentido de responder el rechazo o la aceptación. Total es asumir que se esta comenzando en el, el llamado vínculo con la Naturaleza.
Aunque hoy suele llamarse arte a objetos de mercadeo destinados a un entretenimiento fugaz, la verdadera obra de arte es algo que trasciende las limitaciones de nuestro estado de conciencia ordinario; el artista es transportado a una experiencia transpersonal, y es mediante su obra que intenta expresarla y evocarla en el espectador.
Cuando un individuo entra en un estado de conciencia elevado, bien sea, cuando establece un vínculo directo con la Naturaleza o cuando está en proceso de creación se conecta con el estado transpersonal, siente un gran aumento de entusiasmo y alegrías vitales, y desarrolla una capacidad de sentirse satisfecho de muchas situaciones y actividades, como las simples relaciones humanas, el trabajo creativo, la contemplación de la naturaleza y el arte, jugar, comer, dormir y hacer el amor. Esto va unido a una conciencia profunda de la importancia de la dimensión espiritual en el esquema universal de las cosas.
La persona que atraviesa por tal proceso suelen tener interés por la actividad creativa y disfruta de ella mucho más que antes. Se hace evidente que la medida definitiva del nivel de vida es la calidad de la experiencia vivencial y no la cantidad de logros materiales.
Al mismo tiempo el nivel de agresiones se ve radicalmente reducido y el individuo desarrolla tolerancia hacia los demás, reverencia ante la vida y cierto aprecio por la aventura de la existencia dando paso a una especie de danza cósmica o juego divino a la vida. La importancia de la cooperación, la armonía y las cuestiones ecológicas se perciben claramente.
Se hace evidente que el universo es un tejido unificado del cual cada uno de nosotros constituye una parte significativa. En principio, resulta imposible hacer algo por otras personas, por otras naciones o por la Naturaleza sin hacerlo simultáneamente por nosotros mismos. El pensar en función de toda la humanidad, de la totalidad de la vida y de todo el planeta es algo que debe estar claramente por encima de los intereses de los individuos, de las familias, de las religiones y de los grupos sociales, de los partidos políticos, de las naciones y de las razas.
En tal sentido cabe destacar que el autor a través de este trabajo de investigación quiere expresar por una parte que el proceso de creación, conjuntamente con la meditación, los estados de soledad consigo mismo, en busca de su propia interioridad, lo conlleva a una mejor comprensión del si mismo y por la otra, estar en contacto con la naturaleza, sentir su ritmo vital, observarla y percibirla a través de los sentidos, disfrutar la belleza sublime que ella brinda y sentirse parte de ella, lo conecta con una energía superior que eleva el espíritu, entendiendo entonces el movimiento del universo.
Por tal motivo este tema adquiere cada vez más un interés muy especial de análisis constante casi como una obsesión para este artista, la vinculación de los elementos y aptitudes con el cual convive desde el punto de vista áureo o armónico, busca siempre los estados de coherencia, tratando de coincidir con las medidas áureas o del material de que esta hecho, a veces dejando que el azar actué, porque también lo considera válido, en fin, se exige la búsqueda de una calidad de vida, de que se establezcan vínculos con la Naturaleza aún más estrechos, dejándose mojar por la lluvia en media montaña, comerse una fruta que arranque del árbol más próximo aún sin saber si es comestible o no, de oler la tierra después de haber llovido, de sembrar un árbol, pues, ya se encargará otro sentido de responder el rechazo o la aceptación. Total es asumir que se esta comenzando en el, el llamado vínculo con la Naturaleza.
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